"La brecha cultural entre lo moderno y lo tradicional". Los desafíos del turismo comunitario hacia el desarrollo comunal:
Abstract
La presente investigación indaga la inserción de las comunidades en el desarrollo y gestión de la actividad turística, en la que se visualiza la participación de instituciones sociales: Cooperación Internacional, Gob. Autónomos u ONGs y comunidades indígenas, denominando a las dos primeras como agentes externos, agentes sociales que ven al desarrollo enfocado desde lo moderno, donde la cultura, usos y costumbres quedan desplazados por ser identificados como indicadores de retraso, sin embargo las comunidades indígenas hoy en día, siguen desarrollando y normando su vida social, económica y estructural bajo las prácticas de sus usos y costumbres que representan la tradición, es en este sentido que la relación de estas instituciones sociales visualizan la denominada brecha cultural, misma que se encuentra ubicada como un punto medio en la transición de la tradición a la modernidad y de lo moderno a lo tradicional.
Es en este contexto que se analiza la experiencia de la comunidad originaria Chacaltaya, en el desarrollo de la actividad turística con el Emprendimiento “Albergue Ecoturístico Pampalarama”, proyecto planificado, ejecutado y gestionado con la participación del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz y el Banco Interamericano de Desarrollo (agentes externos). Experiencia en la que se identifica los siguientes factores: el desarrollo de las tradiciones socioculturales de la comunidad y sus lógicas de desarrollo desde su economía campesina, la visión globalizada de desarrollo de las instituciones y las lógicas económicas empresariales de progreso; factores socioeconómicos que determinan la brecha cultural, pues el hecho de que la comunidad se dedique a varias actividades económicas entre estas las tradicionales, estas cobran más importancia desde una perspectiva de generación de ingresos a corto plazo a diferencia de la empresa que necesita un tiempo de consolidación para generar buenos réditos económicos a largo plazo, aspecto que no es muy comprendido por la comunidad, lo cual los lleva a priorizar la atención y dedicación a sus otras actividades económicas de acuerdo a su etapa de bonanza, pues el desarrollo de las actividades económicas de las comunidades responden a etapas estacionales de producción, tales aspectos como la época de explotación de turba o la época de esquila y faeneado de los animales camélidos, esto en cuanto a sus actividades económicas tradicionales, sin dejar de lado, el desarrollo de la actividad minera, que en épocas de bonanza del estaño, casi toda la comunidad se dedica a la extracción de este mineral, lo cual les genera buenos ingresos económicos a corto plazo.
La brecha cultural se vuelve a identificar en la planificación, ejecución y gestión de estos proyectos turísticos, en los que la institución (agentes externos), al margen de las características del grupo social beneficiado (tradición, usos y costumbres), diseña el proyecto desde una mirada moderna por los servicios que ofrece, los cuales no se identifican con el grupo social beneficiado por ser ajenas a su forma de vida, aspecto en el que la participación del comunario se resume al servilismo, pues las capacitaciones están guiadas al servicio de operadores y no así al de ejecutores y gestores del proyecto.
El hecho de que una comunidad se inserte a la actividad turística, esta misma a la vez se inserta a un mundo modernizado y globalizado, mundo en el que la tradición y la cultura, está visto como atractivo y no así como una forma de vida u organización, esta acción refleja la brecha cultural, tanto de la comunidad que pretende sobrellevar el proyecto adecuándolo a sus usos y costumbres; como de la institución, para la cual dentro de la visión global que maneja, la tradición y cultura solo está presente como discurso y no como acción.