Los vacios jurídicos en la ley Nº 1983 de partidos políticos y su relación con las normas de ética en la Honorable Cámara de Diputados (septiembre 2006 hasta abril 2007)

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Date
2008Author
Benavides Rivera, Ximena
García Escobar, José Gerónimo (Tutor)
Colanza, Alejandro (Tutor Academico)
Metadata
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La organización es consubstancial a la sociedad humana. Fue realizada históricamente dentro de dos ámbitos muy relacionados y no obstante bien definidos. Es jurídica y política.
Desde los primeros grupos humanos que señalan el remoto origen zoológico de nuestra estirpe en la horda y el clan, fue imprescindible una organización elemental: ora en la búsqueda de alimentos, ora en la satisfacción de otras necesidades esenciales de existencia. La caza y la pesca debían ser dispuestas de alguna manera de acuerdo a un orden que se imponía como primitiva táctica de trabajo de la cual derivó después una organización social. Cuando la horda acampaba en un lugar determinado fue necesario que, por ejemplo, que cada uno de sus miembros ocupase un lugar distinto; fue necesario también que para atacar a un animal, los hombres se situaran en forma adecuada a fin de conservar la vida y asegura la caza. En una u otra manera ese ordenamiento elemental creó hábitos de organización y luego normas de convivencia. Esas normas de convivencia al ser observadas reiteradamente fueron después costumbres o “Ley”, como fuentes originarios de organización jurídica.
Tal organización descansó en principio, sobre la igualdad de todos los miembros de la horda y su convivencia pacífica, pero el lento acrecentamiento del poder de cada individuo con la invención y la evolución de instrumentos pronto hizo comprender al hombre que la asociación igualitaria ya no le era de imprescindible necesidad vital.
El progreso de instrumentos de trabajo dio al hombre un poder que no tenía antes; con ese poder rompió la antigua convivencia pacífica e igualitaria, al descubrir que el trabajo en la búsqueda de subsistencia “producía más de los necesario para realizarlo”; es decir, que el trabajo de un hombre con instrumentos más evolucionados producía más de lo necesario para su subsistencia por lo que ya no era obligatorio que todos los miembros del grupo salieran de caza.