El enemigo interior y otros.
Fecha
2015Autor
Baptista, José Manuel
Tutor
Mariaca, Guillermo, tutor
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
En sus “Consejos sobre el arte de escribir cuentos”, Roberto Bolaño recomienda a sus aprendices de cuentista leer con atención a Poe, Horacio Quiroga, Rulfo, Borges y Felisberto Hernández, entre algunos más. Tras proponer una diversa galería de nombres tocados por la gracia y mencionar otras artimañas varias, el dodecálogo concluye así: “Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo” . Semejante declaración –que no deja de ser sugerente, pues el ruso murió apenas en 1904, volveremos sobre esto– hubiera sonrojado a Carver, nacido en Claktskanie, Oregon en 1938, que veía en Antón Chéjov a su “doble, mentor y compañero del alma” . Aunque el juicio de Bolaño es contundente, la crítica jamás ha logrado ser clara respecto a la obra del cuentista y poeta norteamericano. Ha sido denominado, por una variedad de comentaristas, “un nihilista epistemológico detrás de una máscara realista que comparte el rechazo posmodernista de lidiar con la realidad”, “el fundador de una nueva y altamente original representación del estilo minimalista”, “el imitador de un insípido tono hemingwayano más adecuado para la ficción popular ”, e incluso “un cronista de la desesperanza urbana desprovisto de estilo y con virtualmente ninguna firma literaria”.