Los bordadores y sus redes:
Abstract
Cada año hay diferentes entradas folklóricas, desde las más reconocidas como el Carnaval de Oruro, Gran Poder en La Paz, pero también festividades zonales, rurales, a nivel local, nacional e incluso internacional. Una parte muy importante para la realización de las entradas folklóricas son los alquileres de trajes de las danzas que va creciendo y exige ciertas estrategias para cubrir la demanda. La presente investigación pretende explicar cuáles son las estrategias con las que logran satisfacer esta demanda. Pero, es necesario dejar claro que, no nos remitimos específicamente a temas concretos del análisis de la ciencia económica (ingresos netos, cálculo de depreciación, factores de producción); por el contrario, la propuesta de la tesis intenta enriquecer el debate sobre este el gremio de bordadores de trajes folklóricos, específicamente de la danza de la diablada a través del énfasis en las redes sociales que surgen de la interrelación constante entre la dinámica festiva y económica. Los datos obtenidos en el trabajo de campo nos muestran estrategias económicas que dependen mucho de sus redes familiares y los intercambios que tienen. Para regular la competencia desleal entre ellos, el nivel de confianza de los intercambios se realiza preferentemente entre miembros relacionados con parentesco consanguíneo, afín o ritual. Es en este sentido, el gremio de los bordadores se mantiene de forma endogámica para mantener el grupo en un circuito familiar. Se crean entonces redes familiares exitosas en dos o más generaciones creando así una estrategia económica. Por el contrario, cuando los dueños de tiendas mueren o sus hijos no se dedican al bordado las tiendas cierran y se vuelven en redes familiares no exitosas. Pero también, se observó la dinámica festiva de los bordadores. La AMABA alberga en su organización a dos fraternidades: una con la danza de la diablada y otra de con la danza de la morenada. La diablada fundada en 1927 el referente más conocido de la identidad de los Bordadores y a través de su participación en la entrada del Gran Poder, los bordadores refuerzan su identidad del “ser bordador” que se expresa en presentar los mejores trajes, ganar prestigio en la danza y expresar su religiosidad. Esta dinámica festiva legitima simbólicamente su posición como creadores de trajes folklóricos y se relaciona directamente con la dinámica económica y el surgimiento de redes sociales.