Descentralización Educativa a partir de los Gobiernos Departamentales
View/ Open
Date
2007Author
Cuti Anti, Zenón
García Duchén, Juan E.(Tutor)
Metadata
Show full item recordAbstract
El sistema educativo es la interrelación dinámica de un conjunto integrado de elementos coherentes destinados a obtener un resultado con el propósito de alcanzar las metas y objetivos planteados a corto, mediano y largo plazo. Son acciones como: planificación, programación, ejecución, administración y la evaluación que se deben desarrollar para facilitar el logro de un cambio de cultura organizacional y una participación efectiva de todos los miembros de la comunidad educativa, donde la administración y gestión son términos complementarios en términos de: principios generales, derecho a aprender, gratuidad y asistencialidad. La gestión educativa centralizado se caracteriza por ser de carácter autoritario, jerárquico y piramidal en la mayoría de sus competencias, porque todo se decide desde el centro, todo se ejecuta por los órganos locales del Estado y todo se supervisa por los agentes del poder central; en cambio, la gestión descentralizada requiere de autonomía en sus niveles de organización y toma de decisiones, por tanto, se caracteriza como un proceso que tiende a tomar decisiones en busca de la calidad educativa, y se concentra en el sistema que ejecuta las tareas emergentes de su propia actividad pedagógica. A lo largo de los últimos años, varios han sido los intentos por institucionalizar el acceso a los cargos de la administración educativa, pero los cambios encuentran siempre resistencias y las decisiones políticas han primado a menudo por sobre las técnicas. La mayor parte de los sistemas educativos latinoamericanos han iniciado en la región un conjunto de procesos dirigidos a descentralizar en su mayor parte han tenido como común denominador paliar la crisis fiscal. En el caso particular de Argentina, el primer intento de descentralización se desarrolló a finales de la década de los 60; en cambio, en Chile, se desconcentran en los años 80; por su parte, Nicaragua ha presentado un modelo que plasma la descentralización educativa denominada Autonomía Escolar, a través de los consejos escolares. En Bolivia, una de las experiencias educativas más significativas del Altiplano aymará que se extendió hasta el altiplano peruano, fue la de la Escuela Ayllu de “Warisata”, impulsado por el maestro Elizardo Pérez y el Amauta Avelino Siñani. Posteriormente, en 1952, se establece la educación universal y la obligatorio, incluyendo a los indígenas. Actualmente mantiene su estructura central, habiendo sido modificados ciertos preceptos en el transcurso del tiempo El cuestionamiento al centralismo se siente desde la creación del país y por ende, el primer intento descentralizador se da entre los años 1931 y 1944. En los últimos años los comités cívicos se han constituido en impulsores de la descentralización. En consecuencia, la nueva Ley de Educación Boliviana debe satisfacer las necesidades de aprendizaje de los educandos y responder a las necesidades de desarrollo de los departamentos del país en su conjunto. El primer criterio se funda en la constatación de que Bolivia no ha resuelto aún problemas básicos de cobertura escolar. El segundo criterio alude a la necesidad de abarcar en el proceso de transformación tanto el área pedagógico-curricular como el institucional-administrativo. Los procesos de descentralización tienen fundamentalmente una motivación política que la eficiencia, en el caso particular del Departamento de La Paz, La posición de las autoridades departamentales y educativas es óptima, porque La Paz genera mayores ingresos al TGN, en ese sentido, existen las fortalezas económicas y técnicas para asumir nuevos desafíos en el ámbito educativo. La “Descentralización educativa a partir de los gobiernos departamentales” se convierte en una base fundamental que, desde el punto de vista de la política fiscal, permite mejorar la eficiencia y efectividad del gasto en el sector educativo, promoviendo mejores resultados de aprendizaje, mejora la cobertura a nivel Departamental, Municipal y aumenta la participación, equidad, reduce costos y genera más recursos de otras fuentes. La conclusión más relevante de este trabajo es que no hay modelos buenos o malos de descentralización, sino modelos producto de un conjunto de factores que inciden en la manera de organizar a niveles intermedios un sistema educativo.