Rol del Odontopediatra en el manejo integral de pacientes con fisura labio alveolo palatina
Abstract
La fisura labio-alveolo-palatina (FLAP) es una deficiencia estructural debida a la falta de coalescencia entre algunos de los procesos faciales embrionarios que se forman entre la 4ª y 8ª semana de desarrollo intrauterino, por tanto, es una malformación congénita de la cara que afecta al labio superior, la región alveolar (encías) y al paladar duro y blando en una amplitud variable, el tratamiento multidisciplinario, incluye al odontopediatra desde un inicio, así, mejor el pronóstico y funcionalidad de la cavidad oral del paciente. Se realizó una revisión sistemática que incluyó estudios aleatorios. El objetivo del estudio consistió en identificar el rol del odontopediatra en el manejo de pacientes con fisura labio alveolo palatina. La metodología, tuvo diferentes etapas, iniciando el proceso con la búsqueda electrónica avanzada en diferentes bases de datos tales como: Pubmed, Google Academic, Scielo. La estrategia de búsqueda estuvo guiada por las medidas sugeridas por el Modelo de preguntas clínicas (PICOS Model of Clinical Questions). El análisis y control de datos fueron efectuados conforme los ítems de informes preferidos para revisiones sistemáticas. De 100 estudios potencialmente elegibles, se incluyó 15 artículos relevantes de texto completo y se desechó aquellos que no cumplían con los criterios de inclusión. En los resultados, se observó que la detección de las FLAP se inicia en la edad gestacional, de manera que: Se incluya al odontopediatra dentro del equipo multidisciplinario desde el primer momento de vida. Se favorezca el apego precoz de la lactancia materna y una adecuada técnica de higiene oral, guiada prácticamente por el odontopediatra, Seguir en cada etapa del desarrollo del niño con intervenciones que lo preparen para una reparación quirúrgica, que repare las lesiones provocadas por el FLAP y restaurar la funcionalidad buco dento facial. Estudios revisados concluyen: El rol del odontopediatra, debe ser considerado como integrante de este equipo, asumiendo la responsabilidad sobre la salud bucal del niño desde los primeros días de vida, se inicia con su colaboración en la promoción de la lactancia materna y se continúa con la profilaxis, el mantenimiento o la restauración de las diferentes estructuras y funciones bucales, que servirán posteriormente como sustrato fundamental en el buen éxito de los tratamientos necesarios, sean éstos ortopédicos, quirúrgicos, fonoaudiológicos o kinesiológicos.