¡Mujeres igual que nosotras! Campaña por los derechos y prevención de la violencia a trabajadoras sexuales de calle, en la zona 12 de octubre, ciudad de El Alto, 2020
Abstract
El presente proyecto de grado para acceder a la licenciatura en Trabajo Social, plantea una propuesta de intervención orientada a contribuir y coadyuvar a la prevención de la violencia contra las mujeres que ejercen el trabajo sexual naturalizada por las características propias del contexto. Bajo los enfoques de derechos humanos, enfoque de genero y sistemico, además de la aplicación de la metodología participativa que propone la implementación de estrategias socio-educativas, que genera la deconstrucción de la violencia y el reconocimiento pleno de los derechos humanos, se contribuirá en la des-estigamatización por el uso del cuerpo para el desarrollo del trabajo sexual, que fortalece los lazos sororos entre organizaciones de trabajadoras sexuales, además de sensibilizar sobre los riegos en el trabajo sexual con componentes del entorno próximo mediante la participación activa para evitar el aislamiento de estos grupos y la naturalización de la violencia . Trabajo realizado con mujeres que ejercen el trabajo sexual en calle de la zona 12 de Octubre de la ciudad de El Alto que lo van ejerciendo minimamente por tres meses, durante la gestión 2020. Esta idea surge por la necesidad de entender y dar solución a la problemática de vulnerabilidades de este grupo de mujeres. Siendo la ciudad de El Alto caracterizada por un amplio desempeño en el comercio informal, donde de los 80 mil gremiales de la zona Ceja de El Alto, un 80% son mujeres, el eje económico de esta urbe, ya que el mercado informal representa más del 70% del mercado alteño (Warmis alteñas. Gregoria Apaza 2011), frente a un contexto altamente competitivo, el trabajo sexual surge como una alternativa de solución ante el desempleo y la falta de oportunidades laborales para este grupo de mujeres con familias monoparentales. Como resultado del diagnóstico de esta investigación se encontró que las mujeres que ejercen el trabajo sexual han limitado o reducido la comunicación con las relaciones interpersonales reduciendo los grupos de apoyo. Por otro lado, existe un reconocimiento del contexto violento al interior del trabajo sexual, ejercido por funcionarios públicos, vecinos, consumidores y entre las mismas compañeras.