Comportamiento de los niños que viven en el penal de San Pedro y su relación con el contexto escolar

Abstract

La presencia de niños en cárceles está estrechamente relacionada con la pobreza de la población penitenciaria, al ingresar los padres al penal, los niños no tienen otro lugar más seguro para vivir que en el recinto carcelario, lo que influye en el desarrollo y formación de los niños, esta situación se refleja en las relaciones interpersonales en la escuela, con sus compañeros y sus profesores. El ambiente de la cárcel es el lugar donde existe mayor concentración de violencia que se manifiesta en actitudes agresivas en el aspecto físico, psicológico y sexual que se traduce en comportamientos negativos que van en contra de la formación de los niños, ya que en la cárcel se encuentran aquellas personas que cometieron diversos delitos. Según los profesores de la escuela, existen evidentes problemas de conducta relacionados al ambiente carcelario, ya que los niños demuestran mucha indisciplina y para conseguir lo que quieren se comportan de una manera agresiva, así mismo los niños son inquietos y desobedientes. Generalmente resuelven sus conflictos o disputas mediante agresiones verbales o peleas físicas. En las relaciones interpersonales existe un rechazo a los niños del penal de parte de los niños de la escuela, prácticamente estos niños presentan un problema de “estigmatización”, porque son señalados por los demás estudiantes como “niños de la cárcel”, “ niños de padres ladrones” o “niños de padres delincuentes”. Por tal motivo la cárcel no es el ámbito adecuado para el desarrollo integral de los niños, ya que todas las actitudes negativas, todos los comportamientos que presentan los privados de libertad, son aprendidas por ellos , situaciones que podrían influir para que estos niños se conviertan en rebeldes y agresivos. Los niños que viven en la cárcel tienen un concepto distorsionado de lo que es un hogar, una familia, ellos consideran a la cárcel como su casa y tienen como vecinos de celda a todo tipo de personas que han cometido delitos, al mismo tiempo son participes y observadores de riñas, peleas, consumo de alcohol y drogas actitudes que no son cuestionadas por los niños, porque es su casa, son sus vecinos, sus compañeros y amigos. De la investigación se observa una clara influencia del ambiente carcelario en el comportamiento de los niños, como ser: presentan actitudes agresivas tanto con sus compañeros, como con los profesores, les resulta difícil seguir normas y reglas, presentando problemas en su aprendizaje, que incide negativamente en sus relaciones interpersonales y en el rendimiento escolar.