MAGDA ARGUEDAS VILLANUEVA
Abstract
La formación que recibió Magda Arguedas desde su niñez fue especial, hija de una intelectual feminista, rodeada de lo mejor de la intelectualidad de la primera mitad de siglo XX. Frutos que se ven plasmados en su pintura son el indigenismo en su ambiente altiplánico o rural, ella los trabaja ya en su nuevo hábitat: la ciudad, en el que su papel es de hombre explotado por la sociedad (aparapitas), que Arguedas los trata por primera vez en el arte boliviano, son una especie de síntesis de este hombre, en vez de retrato, ubicado en fondos planos, de color azul o gris, como separándolo de su medio que lo utiliza y a la vez lo desprecia. Las vendedoras de coca, también de origen campesino y su especial manera de mercadeo de la hoja, también son aisladas en fondos azules agrisados como para enfatizar y no distraer su condición de gente del pueblo con mentalidad de la burguesía que ascenderá económicamente pero no así en lo social. Muchos años antes del auge de la pintura de ángeles, como sucede en la actualidad, ella toma como resultado de sus trabajos de restauración de pintura colonial, sus ángeles y arcángeles que son más pequeños que sus campesinos, queriendo mostrar con la escala, el grado de importancia que le da a lo foráneo, en contraposición de lo boliviano. Su obra pictórica está situada dentro de la historia del arte boliviano en la etapa moderna, después de la revolución del 52 y los cambios sociales que propugnó. En el arte también se producen cambios importantes, uno de ellos es el alejamiento del indigenismo como corriente, resultando que un grupo de artistas vuelven a volcar la mirada a las corrientes que llegaban de Europa y EEUU principalmente; por otro lado está el grupo de pintores que desde una nueva perspectiva continúan trabajando en la temática nacional, de contenido social y aquí está Arguedas, pese a haber vivido en el exterior por motivos de su beca para estudiar restauración o familiares, su mirada está en nuestra tierra//.