La cultura del olvido a su instrumentalización

Abstract

Las postrimerías de los 80 han dejado su impronta en el desarrollo del mundo. La caída del muro de Berlín simboliza la derrota del socialismo y la apertura a una nueva era de la humanidad. La Guerra Fría ya es parte de la historia; hoy existe solo una potencia hegemónica que dictamina el desarrollo del resto del planeta. Esta unipolaridad esta signada por cambios dramáticos cambios que no son cíclicos sino permanentes que hacen oír las más osadas aunque ciertamente simplonas sentencias de aquellos voceros del neoliberalismo que pregonan con cierto entusiasmo acrítico "el fin de la historia" Sin embargo, en este proceso de transformación existe el reverso de la moneda que no es sino la contraparte dialéctica de proceso de globalización con lo variopinto abigarrado en lenguaje zavaletiano como bandera. En la década que transcurre y sin lugar a dudas en el nuevo milenio que se abre paso, la atención de los políticos no podrá desembarazarse de las demandas de las minorías existentes sobre la faz de la tierra. En este marco, una importante tarea de la "clase política" tiene su horizonte en una categoría socio­polltica que penetra con inquebrantable vehemencia en el escenario mundial: el pluralismo.