"Corrupción violación sistemática de derechos humanos, necesidad y formas de reparación"
Date
2024Author
Larrea Moscoso, Hernán David
Tutor
Mostajo Barrios, Jorge Omar, tutor
Metadata
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Una sociedad que se precie de ser democrática precisa mecanismos para controlar la corrupción, entre estos, un sistema de administración pública funcional que garantice la racionalidad en la resolución de peticiones que manifiestan sus ciudadanos. Lo anterior implica desarrollar procesos que tiendan a modernizar el sistema, volviéndolo accesible al mayor número de personas y adecuándolo a las propias características del contexto cultural de cada sociedad.
La problemática surge cuando la corrupción alcanza niveles sistemáticos de afectación, así, una acción u omisión corrupta tiene habitualmente un componente socioeconómico que debe ser motivo de control, el mecanismo tradicional de persecución penal corporal, de imposición de penas privativas de libertad, no ha logrado resultados satisfactorios, la pena no cumple una función de retribución justa al daño causado, los dineros obtenidos ilícitamente no son recuperados, por ende, no existe posibilidad de reparación, lo cual se constituye en un aliciente para que se sigan cometiendo actos de corrupción.
En Bolivia, específicamente, los hechos de corrupción están presentes en el diario vivir del boliviano, durante las 24 horas, es así que la mayor parte de los desajustes de corrupción los vemos en las áreas de contratación de bienes, obras y prestación de servicios, que desembocan en corrupción sistemática que viola Derechos Humanos; los hechos de corrupción son un fenómeno transnacional de afectación general pero con victimas colectivas y difusas, por lo que no se percibe meridianamente un nivel de afectación especifica por parte de los ciudadanos, hecho que permite que los procesos instaurados no tengan la suficiente eficacia jurídica y por ende sean arbitrariamente manejados por funcionarios del sistema de justicia, incluido Ministerio Publico o en las actividades diarias en contacto con la propia Policía.
El lado oscuro de la corrupción ha alcanzado las compras nacionales e internacionales, que se trasunta en adquisiciones y licitaciones que si bien se encuentran reguladas y regladas en procedimientos técnico-administrativos no restringen óptimamente los hechos de corrupción.