Tupac Duran; Subconciencia del alma
Fecha
2012-11-08Autor
Casa de la Cultura Salon Arturo Borda
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
Es posible que la alegría, el dolor, el odio, el amor, el deseo, la tristeza, la templanza, etc sean constitutivos del negro y sin predicamento prioritario; es decir que el negro es reservando de todas las virtudes y pasiones, así de los universos expresivos: aunque la luz sea el revés de la sombra que devela el secreto oscuro .. , también el negro con sus equivalentes, el silencio, la nada, el vacío son también residencia de entidades morales; pero no de sus mostrados comportamientos en la vida misma; estoy refiriéndome a los dominios de la sombra y de la luz... El Dibujo. V Tupac Durán preocupado por investigar no solo el envés y el revés académico del dibujo es a la vez un cómplice de los oscuros recónditos por reformular las transgresiones de lo ético. Tupac denuncia los valores invertidos, en una sociedad con derroteros imprevisibles e impredecibles. Para muestra un botón: El dibujo del niño hospitalizado, casi herido de muerte; impresionante, no solo por su calidad resolutiva si no por el manejo del símbolo, en el sumiso acabose de las ilusiones que bien podían volar a lo largo y ancho de los ciclos vitales. Otro: El dibujo “Soñante diurno”. Una tautología de la búsqueda de la luz; un inquirir del conocimiento de las realidades atemporales, con marcos morales, pero destrozados. El dibujo de Tupac, plantea claves precisas, desde luego en la gravedad de las mayores; aunque la luz en porcentajes inundantes captura oscuros para establecer geográficas económicas en el despliegue compositivo. Sus ritmos constructivos simétrico unos asimétricos y católicos otros, encaran movimientos que son quietud a la vez en anotarías, pero intransigentes frutos en crecimiento. En suma Tupac es un joven de robusto manejo dibujantico; muy expresivo, por que lleva dentro, en un ignoto de su Ser, un demonio que le demarca el sendero de la inconformidad y la severa crítica de las moralidades y de sus mundos psíquicos; preocupado de sí mismo y de las otredades convulsionadas por las inconsistentes insidias y arrogancias del homo existente. En fin, un acido señalador y raro encontrado de la verdad extraviada en la espesura de los axiológicos invertidos; y en el último telón un potencial dibujante negro.