Ted Carrasco
Resumen
El artista boliviano Ted Carrasco trabaja en cualquier material que le permita expresar plásticamente sus ideas. De preferencia se expresa directamente en el medio escultórico definitivo. Ha trabajado en yesos, poliéster y con otros recursos, pero sus materiales predilectos son las piedras y el bronce. Prefiere la piedra porque es el material natural por excelencia, que no necesita ser transformado ni elaborado, simplemente debe trabajarse para transmitir, la idea, y mientras más dura mejor. Usa los granitos, basaltos, ónix y mármoles. Recurre a la piedra fundamentalmente porque, como dice el pensamiento chino, " no hay nada que añadirle, sólo hay que restarle y extraerle". Ted Carrasco usa el bronce cuando tiene urgencia de expresar ideas fugaces, más efímeras o sensuales, o cuando quiere usar de las pátinas o facetas cromáticas de la aleación roja. Ha llegado a tal entendimiento y compenetración con el material de soporte, que transmite directamente la creación desde su mente hasta ese material, logrando sus objetivos y plasmando sus ideas sin compromisos. Su temática está basada en el conocimiento de las tradiciones milenarias de su pueblo, su relación con la naturaleza que lo rodea Inspira su obra que se proyecta en el arte contemporáneo, sin perder su identidad, integrada a las culturas del mundo andino Ted Carrasco se ha preocupado siempre por representar y expresar por medio de su arte, la magia , la fuerza del paisaje andino, y el misterio de la vida, que en realidad se pueden sintetiza r, como lo prueba el artista, en un solo gran tema con muchas facetas. Ted Carrasco es un hombre sencillo y austero, poseedor de un gran espíritu, y como todo hombre de alma grande, tiene una muy profunda sensibilidad humana y artística. Gracias a ello y a su acentuada visión del paisaje andino boliviano, ha llegado a un peculiar estado de equilibrio y sintonía con la naturaleza. El artista percibe, lo que otros con ojos y almas poco sensibles no podemos ver. Capta el valor y la pervivencia del mundo mítico andino, en la naturaleza y en las obras de los primigenios ocupantes del continente, que no se ocuparon de racionalizar su mundo, sino que lo intuyeron y lo expresaron con poesía y magia, y también con terrible crudeza, en una forma emotiva, más profunda y penetrante que las razones, mitificándolo como quien se siente parte de la naturaleza viva y en acción, como quien está en vital contacto con ella, pues es parte de sí y de ella