La Presión Fiscal Efectos En El Empleo Digno
Resumen
La presión tributaria es un indicador que siempre se ha interpretado de forma partidista por todos los gobiernos. Mide la cantidad de impuestos que paga la sociedad (individuos y empresas). No mide individualmente cuánto paga cada sector de la población, ni si esos impuestos se pagan de forma justa.
Cada año el Estado recauda vía impuestos (el RC-IVA, IVA, IT, IUE las cotizaciones sociales, etc.) una cantidad. Para poder comparar “el esfuerzo fiscal” de la sociedad con el de otros años, se cuestiona: ¿cuánto supone esta cantidad respecto a la riqueza que genera la economía?
Así que la presión fiscal no es más que una ecuación entre lo que se recauda dividido por el PIB. La cifra es un porcentaje. Por ejemplo: si la presión fiscal es del 33%, significa que la cantidad de dinero que se recauda con los impuestos es equivalente a casi una tercera parte del PIB. Es una de las fórmulas para calcularla.
¿Qué pasa si el resultado de esa división aumenta? ¿Significa que los ciudadanos pagamos más impuestos? ¿Y si baja? ¿Significa necesariamente que se pagan menos impuestos?
La presión tributaria en el país es 16,5% respecto al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, un porcentaje que no es excesivo según indica los personeros del gobierno.
Sin embargo, un reciente foro titulado, Presión Tributaria; Sin Justicia, demostró que Bolivia registró en el período 2011 – 2014, un índice de 25.3 por ciento de presión tributaria, el mayor comparado con Perú, Ecuador y Chile.
Más allá de mostrar cifras sobre la elevación de la presión tributaria en un universo tributario limitado, esta los efectos directos en la población, como el empleo digno y el desempleo.
Un empleo digno es aquel que origina un salario honesto, protege los derechos, garantiza igualdad de género o asegura protección laboral, es decir, permite vivir a la persona y a su familia en condiciones decentes, cubriendo sus necesidades básicas como alimentación o sanidad.