dc.description.abstract | La diabetes mellitus se considera una enfermedad crónica debido a que el páncreas no produce suficiente insulina o el organismo no puede utilizarla de manera eficaz. Su prevalencia ha aumentado de forma considerable en las últimas décadas, y sus causas pueden ser tanto genéticas como adquiridas. Los principales factores de riesgo incluyen el sedentarismo, la obesidad y los hábitos alimentarios poco saludables. Esta enfermedad afecta diversos sistemas del cuerpo, especialmente el cardiovascular, nervioso, renal y ocular, lo que hace imprescindible un seguimiento y control constante para prevenir complicaciones graves que puedan comprometer la calidad y esperanza de vida de los pacientes. La importancia de correlacionar la fructosamina con la HbA1c radica en que ambas pruebas proporcionan una visión más completa y precisa del control glucémico, especialmente en aquellos casos en los que la HbA1c por sí sola no es suficiente o puede resultar errónea. La combinación de ambas mediciones permite a los médicos realizar ajustes más rápidos y adecuados en el tratamiento, lo cual es crucial en pacientes con diabetes tipo 1 o tipo 2, quienes requieren una optimización constante del control de la glucosa. Esta correlación también es clave en pacientes con enfermedades renales crónicas o anemia, ya que estas condiciones pueden afectar la precisión de la medición de la HbA1c. Aunque ambas pruebas reflejan la exposición crónica a la glucosa, difieren en la forma en que lo hacen. La fructosamina indica los niveles promedio de glucosa a corto plazo, lo que la convierte en un marcador útil para una evaluación rápida del control glucémico, especialmente en pacientes que han experimentado cambios recientes en su tratamiento. Por su parte, la HbA1c ofrece una visión más global del control glucémico a largo plazo. Sin embargo, diversos estudios han demostrado una correlación moderada entre la fructosamina y la HbA1c. Esta correlación puede variar según características del paciente, como el grado de control glucémico, la presencia de anemia, trastornos en la hemoglobina u otros factores, como la función renal. Es importante destacar que, aunque existe una relación entre ambos marcadores, no son intercambiables. En ciertas condiciones clínicas, como la insuficiencia renal crónica o en pacientes con hemoglobinopatías, la HbA1c puede no reflejar con precisión el control glucémico, en cuyo caso la fructosamina podría ofrecer una alternativa más confiable. Además, en pacientes con alteraciones en la albúmina o en su vida media, la fructosamina podría verse influenciada de manera diferente, lo que también debe tenerse en cuenta al interpretar los resultados. | es_ES |