Síndromes clínicos en la infección aguda y crónica de la COVID-19 en población nativa y residente de altura durante la primera y segunda ola
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Date
2023Author
Melgarejo Pomar, Ingrid Gaby
Balanza Erquicia, Elfride
Metadata
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RESUMEN
Objetivo: Clasificar los síntomas de la infección aguda y crónica de la COVID-19 en síndromes clínicos, en un grupo poblacional que vive en altura, durante la primera y segunda ola. Materiales y métodos: Estudio prospectivo y longitudinal. Se aplicó un cuestionario virtual a personas infectadas por el SARS-CoV-2 durante la primera y segunda ola, en el periodo marzo del 2020 a diciembre del 2021. Las medidas de tendencia central se expresaron en promedios y porcentajes, con un intervalo de confianza del 95 %. La prueba de ji al cuadrado asoció variables y consideró un valor p ≤ 0,05. Se utilizó el paquete estadístico SPSS 22. Resultados: Participaron 87 mujeres y 63 varones, con una edad promedio de 44,12 (±14,56) años. El 48,70 % se contagiaron en la primera ola y 51,30%, en la segunda. Los 59 síntomas identificados se agruparon en 19 síndromes correspondientes a la fase aguda y 18 correspondientes a la fase crónica. Los síndromes más frecuentes en la fase aguda fueron el tóxico-infeccioso agudo incompleto, con 79,30%; el de disfunción del gusto y olfato, con 60,70%, y el ansioso-depresivo, con 56,79%. La fase crónica se denominó síndrome pos-COVID-19 y fue subdividida en tres fases, la posaguda, la crónica y la de transportador prolongado. En las fases posaguda y crónica aparecen el síndrome de agotamiento muscular y el doloroso, que persisten hasta la fase de transportador prolongado, en donde los síntomas residuales se consideran secuelas. El síndrome pos-COVID-19 se presentó en 64,55% de los participantes. Conclusiones: Este estudio ha demostrado una frecuencia mayor de síntomas dependientes de la invasión del virus al sistema nervioso central y periférico tanto en la fase aguda como en el síndrome pos-COVID-19. Es posible que la hipoxia hipobárica al prolongar la inflamación y estimular el estrés oxidativo determine un síndrome pos-COVID-19 más prolongado, y que este tenga mayor repercusión en el sistema nervioso.