Geopolítica Nacional sobre la soberanía de las aguas del Silala
Abstract
La existencia de un río que nacía en territorio boliviano, tras la línea de tregua (que dio origen
luego a la frontera internacional), para llegar al río San Pedro, fue descrita por primera vez por
el ingeniero neozelandés Josiah Holding en 1884, cuando trabajaba en el diseño y
construcción de la línea férrea entre Antofagasta y Ollagüe. (Bazoberry, 2002).
Tras años de negociación, la frontera entre Chile y Bolivia fue establecida en el Tratado de
Paz y Amistad de 1904, siguiendo principalmente la línea que une las principales cimas de la
cordillera de los Andes. En dicho tratado, se indica que la frontera “irá por un contrafuerte al
cerrito de Silala (hito 16), y después en línea recta al cerro de Inacalari o del Cajón (hito 17)”;
Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Bolivia, (1904). De acuerdo al gobierno chileno, el
mapa con la demarcación de la frontera ya incluía el curso actual del Silala, lo que indicaría su
reconocimiento como un río de carácter internacional.
El 21 de junio de 1908, la Compañía The Antofagasta (Chili) & Bolivia Railway Company Ltd.
(FCAB), solicitó a la prefectura del departamento de Potosí, la concesión del uso de las aguas
del Silala, para abastecer con agua a las máquinas de las locomotoras a vapor, en el tramo
entre el puerto de Antofagasta y la ciudad de Oruro, debido a que su funcionamiento era
totalmente a vapor. La concesión fue entregada ese año a la compañía por las autoridades de
Potosí, siendo el primer uso registrado de sus aguas. (Bazoberry, 2002)
La compañía ferroviaria utilizó dicho recurso hasta 1961, cuando la compañía renovó su flota
de trenes a petróleo diésel. Sin embargo, las aguas continúan siendo utilizadas por diversas
empresas del norte de Chile, principalmente la Corporación Nacional del Cobre de Chile, y
empresas sanitarias de Antofagasta. De acuerdo al gobierno boliviano, estos usos habrían
sido realizados sin ningún tipo de autorización, debido a que la concesión había terminado.
v
La presente Tesis, parte de una preocupación social y política, en la que se ve imposibilitado
de tomar alguna acción de geopolítica nacional, sobre la soberanía de las aguas del Silala, y
por ende ejercer políticas públicas con estas aguas, ya que cualquier maniobra que pudiera
realizar el Nivel Central del Estado o los Gobiernos Autónomos, podría causar un conflicto
internacional con la República de Chile, pero tampoco puede quedarse sin hacer nada, ya que
el ciudadano que vive por esta zona se ve imposibilitado a poder consumir, o producir sus
productos agrícolas en la región, puesto que las aguas del Silala siguen un cauce artificial
hecho por los chilenos, por lo que es primordial la atención de esta controversia por el Estado
Boliviano, a objeto de poder darle una solución a esta problemática.