Impuesto A La Producción Y Comercialización De La Hoja De Coca En Bolivia
Abstract
La hoja de coca es una planta originaria de Sudamérica y juega un importante papel en las sociedades andinas. Además de sus virtudes medicinales (estimulante, anestésico, e inhibidor del hambre), posee un rol protagónico en el intercambio social y en las ceremonias religiosas, pero también es materia prima para la producción de sustancias controladas.
Lamentablemente a inicios del siglo XX, el uso de la “hoja sagrada” se reservó para otros fines. Desde entonces, se la utiliza como materia prima en la fabricación de la cocaína, y es considerada como la planta principal responsable del deterioro de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Estados Unidos, puesto que el país del norte se propuso erradicar la hoja de coca, con la ayuda de gobiernos anteriores al de Evo Morales.
Por un lado, en Bolivia se defiende el cultivo de la hoja, bajo el argumento de que “la coca no es cocaína”, es milenaria y ancestral, por otro lado, el gobierno estadounidense la considera una amenaza para su sociedad, no es para menos, si se toma en cuenta que Estados Unidos representa el 50% del consumo mundial de cocaína.
Ante las circunstancias dadas y considerando la problemática presentada hasta la fecha, en Bolivia existe la consideración al consumo con fines medicinales y uso tradicional, sobre todo el ritual y ancestral donde la hoja de coca es considerada sagrada, además la Constitución Política del Estado Plurinacional patrocina la protección de la hoja de coca como patrimonio cultural y recurso natural renovable de la biodiversidad nacional y como factor de cohesión social.
Dada las características anteriores, la producción de la hoja de coca en Bolivia tiene características peculiares donde el comportamiento de los precios, en los últimos años ha sufrido modificaciones con tendencias al alza, lo que explica la habilitación de nuevas áreas de cultivo, acompañados de mejoras tecnológicas que incrementan la productividad de la tierra cultivada.