Estrategias de afrontamiento y niveles de resiliencia en madres ante el fallecimiento de un hijo

Abstract

No cabe duda que tanto el nacimiento como la muerte son dos procesos naturales, podrían denominarse como el comienzo y el final de la vida; la muerte de un ser querido sobre pasa las fuerzas emocionales y físicas, sobre todo cuando se trata de nuestros seres más cercanos, en nuestro contexto cultural la muerte puede poseer varios significados, pero sin embargo al margen de las representaciones culturales que se tenga, claro está que la muerte en su momento causa un fuerte impacto. En su mayoría ninguna madre está preparada para contradecir lo inesperado, ya que el ciclo de la vida condice que sean los hijos quienes entierren a los padres y no sean los padres quienes tengan que enterrar a los hijos, cada madre afrontará este proceso de manera distinta, es posible que esto traiga tensiones a nivel familiar, de pareja, o con los demás hijos si es que se tiene; además de las emociones estarán a flor de pie. Así mismo es conveniente señalar que la rápida y satisfactoria adaptación al mundo luego de haberse adaptado al fuerte dolor que acarrea el fallecimiento de un ser querido, en este caso un hijo, muchas veces se relaciona con las estrategias de afrontamiento que estos poseen y la capacidad de ser resiliente. Hablar de este constructo no implica necesariamente una característica innata del ser humano, sino que, muchas veces, es una habilidad que se va adquiriendo con la experiencia a medida de que la persona se va enfrentando a las exigencias del día a día y a las adversas situaciones que con lleva el ciclo vital, por lo tanto, las estrategias de afrontamiento así como la resiliencia resulta ser un factor que determina como la madre se enfrentara a la tarea de continuar viviendo con el dolor de la ausencia que dejo su hijo.