MARÍA CRISTINA ENDARA

Abstract

Luego de subir escalinatas de piedra y caminar entre íconos tiawanakotas María Cristina Endara, en medio de esculturas y cerámicas de nuestro pasado lejano, pero que aún pervive en el aire, en las montañas, en el Altiplano y nos modela, sin a veces quererlo, el inconsciente de nuestro espíritu. Ella en la actualidad trabaja en el Museo Tiwanaku como guía en las salas de exposición y éste es el ambiente en el que se desarrolló nuestra conversación, acerca de su experiencia como artista, sus vivencias y su arte. Nuestras conversaciones se desarrollaron en cuatro tardes del mes de agosto de 2002, separadas por días o semanas para madurar ideas, recordar pasajes y saber qué más nos quería relatar Cristina de su trajinar artístico. Mi agradecimiento a ella por su aceptación a conversar conmigo, además por facilitarme de su álbum de fotos con recuerdos de sus éxitos como artista o en compañía de otros artistas con quienes compartió su camino por el arte. Su labor artística comienza a fines de la década de los años 50, cuando inicia sus estudios en la Escuela de Bellas Artes, único centro educativo en esta actividad en La Paz de aquel tiempo, cuando aún enseñaban, entre otros, maestros del indigenismo, como fueron Genaro Ibáñez y Jorge De La Reza, perviviendo hasta entonces en la escuela, los postulados de esta corriente en los objetivos de la enseñanza de arte//.