Mostrar el registro sencillo del ítem

dc.contributor.authorParedes Ayllón, Marco Antonio
dc.contributor.authorEncinas Aldapi, Hipólito (Tutor)
dc.date.accessioned2017-10-05T21:33:57Z
dc.date.available2017-10-05T21:33:57Z
dc.date.issued2001
dc.identifier.urihttp://repositorio.umsa.bo/xmlui/handle/123456789/12675
dc.description.abstractLas clases políticas del 52 no alcanza para constituir la nación. Se reproduce más bien la situación previa al momento de ruptura. abril de 1952, una rearticulación estatal que perpetúa la estructura de clases y sus luchas. Todas y cada una de las clases políticas ha calificado el decurso del Estado del 52 sin alcanzar a superarlo. Ha impuesto la tradicional clase dominante su dominio en el decurso del Estado del 52 y, en la coyuntura actual, se debate ante la posibilidad de un nuevo intento de recomposición generacional. Una vez más se comprueba en el estado boliviano, que todo momento constitutivo conlleva en su desarrollo a la reposición señorial y oligárquica. A esto hemos asistido durante el estado del 52 y lamentablemente se espera del proyecto estatal que proponen todas sus clases políticas. Desde esta desoladora perspectiva se demuestra que el estado boliviano no ha superado su propósito original, del estado del 52. El estado boliviano se rehace en la extraordinaria capacidad de represión que la tradicional clase dominante puede ejercer sobre las demás clases y ante la amenaza del potencial represivo o de la capacidad de reprimir que anuncian sus clases emergentes. No hay en ninguna una plena capacidad de convocatoria y legitimidad, Se espera más de lo mismo con la próxima clase dominante, sea que ésta asuma su clásica forma la del hombre oligarca y de su zanganil oligarquía; o sea que asuma una de las formas emergentes de dominación: la del suplantador y su propuesta separatista o la del «vigilante nocturno» que sustituye a la clase revolucionaria, el besoshvíli soviético. La influencia de estos sujetos políticos en la configuración estatal estará determinada por su capacidad de articular ese su medio social de realización, por la calidad de sus contenidos programáticos y por su capacidad de convocatoria. Se sabe, por otra parte, de una contraposición original o previa entre el carácter laico y cristiano de la experiencia social. Los cristianos viven un drama telogénico referido a la desobediencia del hombre. al momento en que pierde su comunión con Dios, ésta es su muerte verdadera cuando el hombre se separa de Dios como consecuencia de su desobediencia. Pero es también ésta la historia del divino acoso del hombre, para que éste pueda recuperar su eternidad o su comunión con Dios. Es el drama del hombre en el camino de su salvación y en el proceso de su santificación para el servicio a la causa de Cristo. Mientras que la historia secular se rehace en cada uno de los momentos en que experimenta la realización de su estado ideal. Por lo que se puede reconocer que cristianismo y humanismo son diferentes en sus principios y en los fines que persiguen.es_ES
dc.language.isoeses_ES
dc.subjectIDEOLOGÍA POLÍTICAes_ES
dc.subjectPOLÍTICA-BOLIVIAes_ES
dc.subjectCAPITALISMO-COMUNISTAes_ES
dc.titleIdeologías políticas de Boliviaes_ES
dc.typeThesises_ES


Ficheros en el ítem

Thumbnail

Este ítem aparece en la(s) siguiente(s) colección(ones)

Mostrar el registro sencillo del ítem